La OMS ha identificado intervenciones muy costo eficaces
para prevenir y controlar las ECV, cuya aplicación es factible incluso en
entornos con escasos recursos.
Es posible reducir el riesgo de ECV realizando actividades
físicas de forma regular; evitando la inhalación activa o pasiva de humo de
tabaco; consumiendo una dieta rica en frutas y verduras; evitando los alimentos
con muchas grasas, azúcares y sal, manteniendo un peso corporal saludable y
evitando el consumo nocivo de alcohol.
La forma de prevenir y controlar las ECV es a través de una
acción global e integrada:
●
Una acción global requiere la combinación de medidas
que traten de reducir los riesgos en la totalidad de la población y de
estrategias dirigidas hacia los individuos con alto riesgo o que ya padecen la
enfermedad.
● Como ejemplos de intervenciones poblacionales que permiten reducir las ECV se pueden citar las políticas globales de control del tabaco, los impuestos para reducir la ingesta de alimentos ricos en grasas, azúcares y sal, la creación de vías para peatones y bicicletas con el fin de fomentar la actividad física, y el suministro de comidas saludables en los comedores escolares.
●
Las estrategias integradas se centran en los
principales factores de riesgo comunes a varias enfermedades crónicas tales
como las ECV, la diabetes y el cáncer: dieta malsana, inactividad física y
consumo de tabaco.

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